Los transformadores de plástico transforman los conceptos del cliente en componentes utilizables. Esto requiere precisión y un riguroso control de calidad para que el producto final se ajuste a las especificaciones del cliente. La transformación consiste en fundir y mezclar gránulos de color procedentes de una masterbatcher y luego utilizar un proceso como el moldeo por inyección, el moldeo por soplado o la extrusión para desarrollar una forma final. Este proceso somete a mucha tensión a los polímeros y mantener la consistencia del color durante todo el proceso puede ser un reto. Implantar un sólido programa de control de calidad del color es crucial para el éxito de tu producto.
Las herramientas digitales de gestión del color garantizan la precisión y uniformidad del color de los productos finales. Utilizando dispositivos como los espectrofotómetros, los convertidores pueden medir con precisión el color para garantizar la coherencia entre las series de producción del producto final. Los dispositivos de gestión del color te ayudan a garantizar que cumples los requisitos de color del cliente, teniendo en cuenta los factores que afectan a la percepción visual del color, como la opacidad, el brillo, la temperatura de la superficie y la textura.
Los transformadores de plásticos se enfrentan a varios retos importantes cuando se trata de garantizar la calidad y consistencia del color de sus productos. Tres preocupaciones principales son las variaciones en las materias primas, las condiciones medioambientales durante la producción y la capacidad de garantizar la consistencia de los productos finales.
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La calidad y las características de las materias primas, como resinas y pigmentos, pueden variar significativamente de un lote a otro. Esta variabilidad puede afectar al color final de los productos de plástico. Medir todas las materias primas con un espectrofotómetro como comprobación inicial de control de calidad antes de fundirlas y mezclarlas con resinas debe formar parte de cualquier programa de CC.
Las condiciones en las que se procesa el plástico -incluidas la temperatura, la humedad y los ajustes de la máquina- pueden tener un profundo impacto en el color de tu producto final. Pequeñas fluctuaciones en estos factores ambientales pueden alterar la forma en que se dispersan los colorantes o cómo reaccionan los materiales, dando lugar a incoherencias en el color y, por tanto, es crucial mantener un entorno de producción controlado y constante.
Medir con precisión e igualar los colores antes de la producción a pleno rendimiento es esencial para los convertidores. La naturaleza subjetiva de la percepción humana del color entre distintos observadores hace que la evaluación puramente visual sea un método impreciso de gestión del CC, por lo que se requiere un análisis más exhaustivo con un espectrofotómetro. Además, las diferencias de opacidad, brillo y tono de los materiales pueden provocar incoherencias en el producto final, lo que dificulta mantener una calidad de color estándar en distintas tiradas de producción.
Las herramientas digitales de gestión del color para masterbatchers, como los espectrofotómetros, pueden facilitar mucho el control de calidad de tus productos. Una producción constante es la clave para que los clientes repitan, y nuestros espectrofotómetros ayudan a garantizar un mayor grado de constancia y precisión, para que los clientes sepan que pueden confiar en que acertarás con el color a la primera.
Los espectrofotómetros Datacolor pueden dividirse en dos grupos: los de mesa de trabajo, para mediciones de color de alta precisión en un entorno fijo, y los de mano, para comprobaciones de control de calidad cuando te desplazas.
Garantizar que tus clientes reciban exactamente el mismo color de un pedido a otro es fundamental para el éxito de tu empresa. Con un programa de control de calidad adecuado, tus clientes aprenderán que pueden confiar en ti para obtener una calidad constante.
