¿Puede la gestión digital del color hacer más fácil ser ecológico?
Por Rik Mertens, Director Global de Aplicaciones de Datacolor
Los métodos tradicionales para gestionar el color de los productos llevan tiempo, producen residuos y pueden requerir un largo transporte de muestras. Como tal, la gestión digital del color puede desempeñar un papel importante en la consecución de los objetivos de sostenibilidad, no sólo en industrias como la textil, la cosmética, la de alimentación y bebidas, la de plásticos o la de pinturas y revestimientos, sino en cualquier campo en el que estén en juego el reconocimiento de la marca y la percepción de la calidad del producto. Crear colores más sostenibles o reformular los existentes para cumplir la normativa sin sacrificar la calidad suele considerarse una tarea difícil, sobre todo porque el proceso de ensayo y error de la evaluación visual por sí solo puede ser costoso.
La tecnología de gestión digital del color ofrece una solución práctica a muchos de los retos que plantea. Combinando las mediciones de los espectrofotómetros, el software de formulación de alta precisión, los datos centralizados y las herramientas de automatización, los fabricantes están encontrando formas más eficaces de reducir los residuos y los costes, al tiempo que cumplen o superan los objetivos de sostenibilidad.
¿Qué impulsa la demanda de “química verde”?
La demanda de los consumidores, la reciente escasez de la cadena de suministro y los valores personales de algunos propietarios de empresas son factores que animan a los fabricantes a reconsiderar desde la cantidad de recursos que consumen hasta la cantidad de residuos que generan. Sin embargo, la principal fuerza que impulsa los cambios más significativos suele ser la normativa gubernamental.
“Hay muchos actores muy, muy buenos ahí fuera que están haciendo muchas cosas buenas, pero la industria no ha movido la aguja lo suficiente. Así que los gobiernos se han encargado de establecer normas y reglamentos”, afirmó Rick Horwitch, jefe de estrategia de la cadena de suministro y sostenibilidad de Bureau Veritas, empresa de servicios de auditoría y certificación.
Según Horwitch, el mayor reto en materia de sostenibilidad al que se enfrentan muchas empresas, sobre todo las que están más abajo en la cadena de suministro, es el déficit educativo.
“No es que no hagan lo correcto. En muchos casos, simplemente no saben qué hacer. Muchas de estas normas son muy complicadas y confusas, y no hay armonización de los reglamentos”, dijo.
Sólo en Estados Unidos, por ejemplo, los fabricantes pueden tener que enfrentarse tanto a las normativas federales como a las impuestas por los distintos estados. Si la misma empresa también hace negocios en la Unión Europea, tendrá que cumplir normas adicionales impuestas tanto por la organización internacional como por sus países miembros.
Puntos conflictivos de cumplimiento
Horwitch identificó tres grandes categorías que son prioritarias para los fabricantes hoy en día:
- Trazabilidad y transparencia – Los organismos reguladores de todo el mundo exigen cada vez más saber qué ocurre en cada fase de la cadena de suministro. Esto incluye todo, desde la procedencia de las materias primas hasta la forma en que se trata a los trabajadores en las instalaciones de los proveedores.
- Clima y medio ambiente – Tanto si se trata de iniciativas de objetivos basados en la ciencia (IOB) como de compromisos de descarbonización, la reducción de nuestro impacto colectivo sobre el planeta se está convirtiendo en una prioridad cada vez mayor. Los gobiernos no son los únicos que exigen este tipo de cambio; muchos grandes minoristas y marcas exigen ahora a sus socios que se adhieran a normas que van más allá del cumplimiento de la legislación vigente.
- Responsabilidad ampliada del productor (RAP) – Cada vez se exige más a los fabricantes que rindan cuentas no sólo de la producción y distribución responsables de sus productos, sino de los impactos que tienen a lo largo de todo su ciclo de vida.
Los problemas en cualquiera de estas categorías pueden dar lugar a regulaciones o prohibiciones absolutas, con importantes repercusiones en las formulaciones de los colores.
Por ejemplo, hasta hace poco, las fórmulas de pinturas y revestimientos, los muebles, los productos para suelos y algunos cosméticos utilizaban compuestos orgánicos volátiles (COV) como el benceno o el formaldehído para evitar la formación de moho y mantener las sustancias en forma líquida. Otro COV, el acetaldehído, se utilizaba en la producción de tintes. Por desgracia, estos compuestos orgánicos tóxicos pueden causar problemas de salud cuando se liberan al aire.
Aunque las normativas varían según el país y la región, se ha producido un aumento significativo tanto de los requisitos obligatorios de etiquetado como de las prohibiciones absolutas de algunos COV, lo que ha acelerado el movimiento de la industria hacia productos más ecológicos.
La necesidad de eliminar los COV ha creado retos al exigir la reformulación de muchos productos existentes. El software de formulación ayuda a los fabricantes a combinar miles de colores, favoreciendo al mismo tiempo los ingredientes especificados. Por ejemplo, si se favorecen los pigmentos minerales frente a los inorgánicos, eso puede establecerse como parámetro de formulación.
Poder especificar los ingredientes al calcular las formulaciones no sólo ayuda a los fabricantes a cumplir la normativa medioambiental, sino que también les permite satisfacer las necesidades de los clientes basándose en criterios como el coste, el poder cubriente, la relación de contraste, el grosor de la película y otros. Atender las peticiones de los clientes manteniendo la fórmula dentro de los límites reglamentarios es vital para el éxito.
Reducción de residuos
Las herramientas digitales de gestión del color ayudan a los fabricantes preocupados por el color a reducir los residuos de muchas maneras. Con un proceso digital racionalizado, pueden aumentar la productividad, reducir el tiempo que se tarda en producir un color hasta un 50%, mejorar las coincidencias de color en la primera toma hasta un 80% y minimizar la cantidad de residuos que se generan con la evaluación visual del color, propensa a errores.
Por ejemplo, una fuente de residuos en la industria de la pintura procede de la fabricación de muestras de pintura en un laboratorio cuando se formulan nuevas recetas. Para muchos fabricantes de productos arquitectónicos, perfeccionar manualmente una única fórmula puede llevar varios intentos y cada una de las muestras resultantes supone hasta 500 ml de pintura. Ahora multiplícalo por unos 2.000 colores en una carta de colores, y eso son miles de litros de pintura, gran parte de la cual puede acabar en la basura.
Es cierto que, con el software adecuado, algunas muestras de pintura pueden incorporarse a otras formulaciones utilizando funciones de “reciclaje”. Pero una mayor precisión de las fórmulas desde el principio puede ahorrar a los fabricantes tiempo, dinero, mano de obra y materias primas que podrían utilizarse de forma más eficiente en otros lugares.
Además, los fabricantes de pintura arquitectónica que automatizan el proceso de dispensación de muestras pueden conseguir una mayor precisión y, en algunos casos, el volumen de una muestra puede reducirse en un 70%. Esto no sólo ahorra recursos y evita que la pintura acabe en los vertederos, sino que también reduce el tamaño del bote necesario, con lo que se ahorran aún más recursos.
Con una combinación de dispensadores automatizados y software de gestión de color digital como Match Pigment, el proceso de formulación de muestras y dispensación de las mismas podría ser mucho más sostenible, lo que no sólo beneficiaría al medio ambiente, sino también a la cuenta de resultados del fabricante.
Un enfoque similar de la gestión del color puede beneficiar a muchas otras industrias. En el sector textil, por ejemplo, la gestión digital del color puede optimizar las fórmulas de los tintes para evitar el desarrollo excesivo de los colores y conservar los recursos, así como reducir drásticamente el tiempo y los gastos de envío asociados al envío de muestras de laboratorio físicas para su aprobación.
La gestión digital también es una gran ayuda para las marcas que necesitan un color uniforme en una amplia variedad de productos. Los equipos deportivos son un caso clásico en el que los colores característicos deben combinar en artículos tan diversos como prendas de vestir, bolsas y mochilas promocionales, tazas, vasos, botellas de agua, pins, juguetes, llaveros, accesorios e incluso envases de alimentos y bebidas.
“Lo que oigo y veo cada vez más, sobre todo de algunas marcas realmente conocidas, es que el color de sus productos dice algo sobre quiénes son. La combinación de ese color es absolutamente fundamental. Así que no puedes hacer estas cosas al modo del siglo XX. Tienes que estar en modo digital”, dijo Horwitch.
Gestión de costes
Los objetivos de sostenibilidad suelen ser sinónimo de costes más elevados en la mente de productores y consumidores. Esto se debe, en parte, a que la adopción de procesos ecológicos requiere el desarrollo de formulaciones innovadoras y revisadas. No pueden perfeccionarse de la noche a la mañana y requieren recursos para producirse, tanto en forma de materias primas como de mano de obra históricamente escasa con las habilidades necesarias.
“Los errores de producción pueden tener importantes consecuencias económicas”, afirma Albert Busch, presidente y director general de Datacolor®. “Cuanto más seguro estés en tu proceso de igualación de colores, más tiempo y dinero podrás ahorrar”.
Mantenerse centrado en la sostenibilidad sin arruinarse es otra área en la que la gestión digital del color ofrece alivio. Además de las estrategias de reciclaje ya comentadas, un sistema digital puede agilizar las operaciones diarias garantizando prácticas coherentes y automatizando los procesos siempre que sea posible. Cuando los datos se comparten en todas las instalaciones de producción, todos los productores trabajan a partir del mismo conjunto de formulaciones y cálculos optimizados.
“Es importante considerar la sostenibilidad desde una perspectiva económica y ecosistémica”, aconsejó Horwitch. “Puedes recuperar tus costes. Sólo tienes que pensar en ello de la forma correcta”.
La gestión digital también puede minimizar el impacto de la escasez de mano de obra. Por ejemplo, un sistema diseñado intuitivamente puede reducir el tiempo necesario para formar a nuevos trabajadores. Además, permite adjuntar notas esenciales a fórmulas individuales, garantizando que los conocimientos críticos no se pierdan con el tiempo.
Tres retos, una solución
La tecnología de gestión digital del color ofrece una solución práctica a los retos de la sostenibilidad en muchas formas diferentes de fabricación. Puede abordar cuestiones relacionadas con la reducción de residuos, la gestión de costes y recursos, y el cumplimiento de la normativa medioambiental.
Aprovechando una combinación de mediciones espectrofotométricas, software de formulación de alta precisión, datos centralizados en todas las instalaciones y herramientas de automatización, los fabricantes pueden alcanzar objetivos de sostenibilidad sin sacrificar la calidad. Este planteamiento mejora la eficacia, reduce el despilfarro de recursos y racionaliza las operaciones, lo que lo convierte en una forma empresarial de adoptar la sostenibilidad.
Este artículo apareció originalmente en WTiN.