Para los profesionales de la industria versados en el arte y la ciencia de la fabricación de papel, la importancia de controlar el color y el brillo del papel va más allá del atractivo estético: influye en la funcionalidad del papel y en la percepción del consumidor.
Profundicemos en por qué la gestión rigurosa de estas propiedades es fundamental para mantener la excelencia en la producción de papel.
En la industria papelera, el brillo y la blancura son propiedades críticas que afectan tanto al aspecto como al rendimiento del papel.
El brillo se refiere a la cantidad de luz azul que refleja un papel, concretamente en la longitud de onda de 457 nm.
Esto es crucial porque interactúa con la lignina, un “pegamento” natural del papel que puede darle un tinte amarillento; por tanto, un valor de brillo más alto indica un menor amarilleamiento y un mejor blanqueo de la pasta de papel.
La blancura, en cambio, mide el equilibrio relativo de la luz reflejada en toda la gama espectral visible (aproximadamente 380 nm – 720 nm).
Esto proporciona una comprensión más completa de la calidad del color del papel.
Una métrica importante relacionada con la blancura es el índice de blancura CIE.
Este índice de un solo número hace referencia al grado relativo de materiales casi blancos en condiciones de iluminación específicas y es el índice de blancura más utilizado en la industria.
Mayor calidad del producto: Controlar el brillo y la consistencia del color es clave para producir papel de alta calidad que cumpla las normas estéticas y funcionales que exige el mercado.
Este control repercute directamente en el atractivo y la utilidad del papel, sobre todo en aplicaciones en las que el color es fundamental, como la impresión y las bellas artes.
Mayor eficacia de la producción: Al controlar sistemáticamente el brillo y el color, los fabricantes pueden detectar variaciones en una fase temprana del proceso de producción.
Esta detección precoz permite realizar ajustes rápidos, reduciendo los residuos y aumentando la eficacia.
Uso optimizado del material: Las mediciones precisas del brillo ayudan a aplicar de forma óptima los blanqueadores ópticos, que son cruciales para conseguir la blancura deseada sin utilizarlos en exceso.
Esta aplicación precisa ahorra costes y garantiza la calidad del papel a largo plazo.
La industria emplea varios métodos estandarizados para medir el brillo del papel, garantizando la coherencia y la fiabilidad entre distintos productos y lotes.
Aquí tienes unos cuantos:
T525 y T452 Normas: Consisten en medir la reflectancia difusa y direccional del papel a 457 nm.
ISO 2470 y ISO 2469: Estas normas se centran en medir el factor de reflectancia azul difusa, también conocido como brillo ISO, y el factor difuso global.
Los distintos métodos de medición pueden dar resultados variables, influidos por la textura del papel y otras propiedades.
Los espectrofotómetros, como el Datacolor Elrepho 1000son esenciales para medir con precisión estas propiedades.
Este espectrofotómetro está diseñado para cumplir una amplia gama de normas industriales, como ISO, DIN, SCAN y TAPPI, lo que lo convierte en una herramienta versátil para garantizar un control de calidad preciso y fiable en la producción de papel.
En el ensayo de brillo difuso, la luz se dispersa uniformemente por la superficie del papel, lo que proporciona una medida general de su reflectancia.
Este método utiliza una esfera integradora para difundir la luz y un fotodetector para medir el brillo.
La iluminación difusa es a 0° (d/0°), que es la técnica de medición generalmente aceptada en la industria papelera, tal como la utiliza el Datacolor Elrepho 1000.
Por el contrario, la prueba de brillo direccional utiliza una fuente de luz inclinada 45 grados respecto al papel, para medir cómo se refleja la luz en el papel en una dirección determinada.
Este método, conocido como brillo direccional (45°/0°), es menos habitual.
Su inconveniente es que si la muestra tiene alguna estructura, afectará al color.
Los blanqueadores ópticos son sustancias químicas que se añaden al papel para aumentar su brillo.
Actúan absorbiendo la luz ultravioleta y reemitiéndola como luz azul visible, aumentando así el brillo general del papel.
La eficacia de estos blanqueadores puede variar en función de la cantidad de exposición a la luz ultravioleta y del tipo concreto de blanqueador utilizado.
El brillo del papel no sólo afecta a su atractivo estético, sino también a su funcionalidad.
En la industria de la impresión, por ejemplo, un papel más brillante puede dar lugar a una calidad de impresión más nítida y vibrante.
Para los consumidores cotidianos, el papel más brillante suele asociarse a una mayor calidad y limpieza, lo que influye en las decisiones de compra.
La gestión eficaz del brillo del papel no consiste sólo en cumplir las normas: mejora directamente la calidad y el atractivo de tus productos de papel.
Comprendiendo y controlando estos atributos esenciales, puedes asegurarte de que tu papel no sólo tenga mejor aspecto, sino que también funcione mejor en sus aplicaciones previstas.
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